Con seis meses de diferencia, se casaron dos hermanas: Ana (28) se casó el 5 de noviembre de 2016 y Fiorella (32) el 6 de mayo de este año. Una verdadera revolución familiar que disfrutaron mucho. Ellas se consideran “amigas hermanas” y sus maridos son muy amigos, fueron al mismo colegio. Todas las emociones de un tiempo intenso: las coincidencias y diferencias de estilos. Y la palabra de un personaje principal: la madre.
LA HISTORIA DE ANA & NACHO
Me propuso primero empezar a convivir y yo acepté con la condición de que si funcionaba todo bien, nos casábamos. Probamos convivir un año y al año siguiente, empezamos con los preparativos del casamiento, yo soy muy organizada por eso, tanta anticipación. ¡Yo me quería casar con ceremonia, fiesta y todo!. Y sí, la gran propuesta me la hizo en un viaje que hicimos a Bariloche. Estábamos cenando solos y me dio el anillo. Yo lo esperaba, porque no quería extender la convivencia sin casarme”.
El look
“No quería hacerme un vestido desde cero. Fui a lo de Maureene Dinar, que tiene miles de vestidos ya hechos, y me encantó. Me probé uno, me gustó y ella trabajó en base a ese modelo. Lo adaptó a mí, le hizo muchos cambios. Le puso detalles de piedras y demás. El ramo y el velo bordado me los hizo mi mamá. Mi novio optó por ponerse un esmoquin”.
“Fueron muy divertidas las pruebas del vestido. Porque íbamos todos, la familia completa, incluso papá que hasta pidió que me pusieran más piedritas en el vestido”.
Los preparativos
“Me vestí en la casa de mis papás el día del casamiento, el lugar donde crecí. Nos maquillamos, peinamos y vestimos todas juntas (mamá y nosotras tres, las hermanas). Estuve muy nerviosa durante todo el día, no me podía desconectar del todo. Además, yo tenía mucha fobia, sobre todo, a la entrada de la Iglesia, que todos me miraran… Después de la ceremonia, logré relajarme y disfruté muchísimo. Me bailé todo. Estuve todo el tiempo con Nacho, habíamos hablado antes de hacer todo lo posible para estar juntos en la fiesta. A veces pasa que el novio se divierte y está por su lado con su grupo de amigos… Yo no quería eso”.
“Yo tenía mucha fobia, sobre todo, a la entrada de la Iglesia, que todos me miraran… Después de la ceremonia, logré relajarme y disfruté muchísimo. Me bailé todo”.
Todo un estilo
“Nosotros queríamos una fiesta con todo y nos gustaba la idea de casarnos en la casa de mis papás que tiene un parque grande. Es cerca de Santa Rita, la iglesia del colegio que fuimos, y ahí me quería casar. Fue un caos lindo, cien mil proveedores, la carpa que se empezó a armar cuatro días antes. Tuvimos 200 invitados. Mis papás trabajaron un montón. Festejamos ahí también el Civil con 100 invitados, mamá hizo toda la decoración y la comida para ese día, una genia. La jueza vino a casa y nos casó en el jardín.
Los testigos fueron nuestras madres y después de la ceremonia, hablaron papá, mis hermanas y amigos”.
“Yo siempre quise un casamiento súper formal. No contraté wedding planer. Yo me ocupé de contratar a todos los proveedores. La carpa de Roggerone fue transparente y la decoración con muchas hojas verdes. La iluminación también fue importante, tanto interior como exterior y lo resolvimos con Daniela Bonetto. ¡Quedó divino!
Nosotros programamos todos los tiempos del casamiento: minuto a minuto. Tuvimos una banda en vivo que tocó jazz durante la recepción y la comida. En el momento del vals, apareció una pareja de violinistas, fue genial. También para divertirnos hicimos máscaras de nuestros amigos, las pusimos en las mesas de la gente joven. Todas mezcladas, fue como un juego, se re engancharon”.
“Programamos decir unas palabras en el momento de cortar la torta. Pensamos en una réplica nuestra para el cake topper. También habló un amigo de Nacho. Y después, tiramos fuegos artificiales y vinieron muñecos para el carnaval carioca y eso reanimó mucho la fiesta. Fue muy divertida, con sorpresas”.
Fin de fiesta
“La fiesta duró hasta la madrugada. Como era en casa no había limitaciones con el horario. Teníamos reservado un hotel en Nordelta, pero mamá insistió mucho que teníamos que descansar antes de manejar, así que nos fuimos recién al mediodía, después de dormir un rato en casa. Nos quedamos en el hotel hasta el martes, fue un regalo de mis hermanas. No nos pudimos ir enseguida de luna de miel por el trabajo de Nacho. Nos fuimos recién en marzo a Europa y Nueva York. Inolvidable”